Hola Pianola y… buenos días.
Lo siento, nuevamente les quede mal, el viernes no subí la reseña de Morrissey so pretexto de subir unas fotitos del concierto que ilustrarían este post y unos mp3’s que ayudarían ha hacerlo un poco más interesante… pero pa’ variar les quedo a deber (puras fallas conmigo)… en fin:
Estoy conmovido, mejor dicho conmocionado, por ver a Morrissey en vivo, y nuevamente haber refrendado mi devoción por su música… siento no poder fingir algo de objetividad, pero es Morrissey!!!... Oh si!... se me sale mi lado gay, y la neta no me da pena, si me tachan de putarraco, me vale madres!!!!!, soy fan y “cada quien su cola”… se que nunca me entenderán del todo (fan incondicional de Slayer & de The Smiths), ni espero que lo hagan, pero les platico…
Puedo decir que la presentación Kristeen Young, pasó sin pena ni gloria; sin embargo, no puedo evitar sentir simpatía por ella, pues descargar su desconcertante combinación de influencias que van desde Nina Hagen a P.J. Harvey, enfrente de un indiferente y hambriento público por el regreso de Moz, fue como ver desembarcar a un soldado en las playas de Normandía en 1944, es decir, tenía muy pocas de supervivencia y salio avante.
Pero la noche era apoteósica y únicamente el culto al último héroe de la clase trabajadora de Manchester tendría cabida… no obstante Moz, es un icono que rinde tributo a los más obscuros personajes de la cultura pop; así que, después de la presentación de Kristeen Young las luces no se encendieron, permanecieron apagadas para proyectar una serie de imágenes sacadas del bestiario de Stephen Patrick Morrissey: The New York Dolls, James Dean, Rudy Kohler y otras criaturas que parecían haber sido concebidos en la torcida imaginación de John Waters, iluminaron la pantalla de 10 x 10 (aprox.) que cubría el escenario.
Las ansias eran insoportables y gritos que clamaban
“Morrissey, Morrissey”, se oían por doquier, en la pantalla apareció un alcoholizado David Johansen, que entre sus balbuceos pronunció
“it’s about time”… el lienzo que cubría el escenario callo para presentar a Morrissey gritando:
“pánico!, pánico!, México, pánico”, las primeras notas de
Panic!, resonaron en el domo de cobre… una breve despedida y para cuando sonaron los primeros acordes de
First of the Gang to Die, quien esto suscribe, casi estaba enfrente del escenario.
In The Future When All's Well,
You Have Killed Me,
Disappointed y
Ganglord, pudieron haberme matado. La banda se mostraba ataviada con trajes estilo flamenco, que los hacía parecer edecanes de
Chabelo… pero al momento de interpretar
William, It Was Really Nothing de
The Smiths, lograron sofocar toda duda del por qué son los
“edecanes de Moz”.
Everyday is like Sunday, hizo retumbar el palacio y provoco el llanto de más de uno, siguió Dear God Please Help Me con sus insinuaciones y Girlfriend In a Coma, que nuevamente hizo gritar a todos los fans frustrados de los Smiths. Morrissey gritaba cada vez que podía “México, México”, pero al momento en que interpretara Let me Kiss you, el panorama se tornó más emotivo. Le siguió Change My Plea To Guilty, al terminar Moz hizo la pantomima de cantar “in México, La, la”, solamente para arrancar con la atronadora How Soon is Now?, el techo del Palacio se caía a gritos. Continuaron las excelentes I Just Want To See The Boy Happy, I Will See You In Far Off Places y Life Is A Pigsty, como preámbulo para la increíble Please, Please, Please Let Me Get What I Want… en ese momento la pista parecía extraída de una escena del “Pescador de Ilusiones” de Terry Gilliam… y nuevamente, más de uno estaba al borde del chillido.
Sin embargo, el acabose vino con The National Front Disco, The National Front Disco!!!!, señores… solamente de recordarlo, se me eriza la piel. Morrissey se despidió diciendo "Hasta Luego, Vaya Con Dios"… los gritos y los cánticos, no se hicieron esperar pidiendo un encore, Irish Blood, English Heart sería la última canción de la noche y Moz dejaría que su público la interpretara casi en su integridad.
Fue un concierto francamente memorable y salí con una sonrisa de oreja a oreja… y si, me hicieron falta más canciones, pero jamás esperaría salir satisfecho de un concierto de Morrissey, pues parafraseando a Oscar Wilde “la satisfacción es la muerte del deseo”.
Morrissey gobierna!!!!!.
Morrissey México 24 de marzo 2000